La ciberresiliencia es un término que está ganando popularidad en medios, regulaciones y metas empresariales. A pesar de esto, muchas personas desconocen su verdadero significado y alcance.
Durante la segunda mitad de 2023, España experimentó un incremento significativo en ciberataques, situándose como el país europeo más afectado y ocupando el tercer lugar a nivel global, solo detrás de Japón y Estados Unidos, según el informe Threat Report H2 2023 de Eset. Este análisis detalla las amenazas cibernéticas en España y a nivel mundial mediante su sistema de telemetría.
El informe resalta un aumento del 111% en amenazas vinculadas a la infección de sitios web legítimos, especialmente tiendas en línea, por el malware SpyBanKer en la segunda mitad de 2023. Además, se observa un incremento en campañas que imitan pasarelas de pago y portales de reservas vacacionales legítimos, demostrando la sofisticación de las tácticas utilizadas.
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Por eso, la ciberresiliencia adquiere una relevancia crucial en este entorno hostil, y va más allá de la simple seguridad informática. Debe promover un cambio de mentalidad y una cultura de ciberseguridad que abarque todos los aspectos de la vida digital empresarial.
En este post, veremos en detalle qué es la ciberresiliencia, las diferencias con la ciberseguridad, las amenazas y desafíos que tiene y 3 consejos para aplicar la ciberresiliencia en la empresa.
Qué es la ciberresiliencia
La ciberresiliencia, también conocida como resiliencia cibernética, se refiere a la capacidad de un sistema u organización para resistir y recuperarse de ataques cibernéticos.
Una organización ciberresiliente se enfoca en proteger sus activos digitales y mantener la continuidad de sus sistemas frente a ciberataques y desastres tecnológicos. Para lograrlo, implementa estrategias y tecnologías que le permiten anticipar posibles ataques, detectarlos de manera temprana y ofrecer respuestas rápidas para recuperarse y seguir operando con normalidad.
La ciberresiliencia no solo se enfoca en prevenir ataques, sino también en garantizar la operatividad durante y después de un incidente. Los retos son amplios y comprenden, desde la protección de datos y gestión de riesgos, hasta la recuperación de desastres.
Diferencias entre ciberseguridad y ciberresiliencia
Aunque a ciberseguridad y la ciberresiliencia puedan parecer lo mismo, no lo son ya que se refieren a dos enfoques distintos. Mientras que la ciberseguridad se centra en prevenir y evitar ciberataques, la ciberresiliencia se ocupa de la capacidad de recuperación en caso de incidentes.
Amenazas y desafíos de la ciberresiliencia
El desarrollo de la ciberresiliencia implica un proceso complejo que involucra una amplia gama de variables y necesidades. En este contexto, la mayoría de las organizaciones se enfrentan a la falta de habilidades o formación en este ámbito, y al desafío de comprender a fondo sus propios sistemas, los cuales están en constante evolución.
Por tanto, es crucial contar con la asesoría de expertos y profesionales en ciberseguridad al implementar la ciberresiliencia, lo que ayuda a prevenir ciberataques o ciberespionaje, y a adaptarse eficazmente a cualquier situación de riesgo que pueda surgir.
Concretamente, en España, el 20% de los ciberataques tiene como principal objetivo la obtención de información financiera de los consumidores, según revela el informe “Tendencias en ciberseguridad en España”, elaborado por Mastercard.
Para alcanzar sus metas, los ciberdelincuentes emplean diversos métodos. En el 18% de los casos los ataques al hardware y los dispositivos utilizados por los empleados, seguidos por los sistemas críticos para el funcionamiento de las empresas (12%) y la obtención de información personal de los ciudadanos (11%).
3 consejos para aplicar la ciberresilencia en la empresa
En primer lugar, es crucial implementar un programa de formación y concienciación en ciberseguridad para todos los empleados. Al asegurarnos de que cada miembro de la empresa comprenda los riesgos asociados con las amenazas cibernéticas y cómo prevenirlas, se establece una sólida primera línea de defensa.
En segundo lugar, las empresas deben adoptar un enfoque de seguridad por diseño, Security by Design (SbD) en inglés, es aquel que integra medidas de ciberseguridad en todas las etapas de desarrollo de productos y sistemas de TI. Esto implica la actualización periódica de software y hardware para protegerse contra las vulnerabilidades recién descubiertas.
Por último, resulta fundamental establecer un plan de respuesta a incidentes cibernéticos bien definido. Dicho plan debe contener procedimientos claros para la detección, contención, erradicación y recuperación de amenazas, garantizando así que la empresa pueda reanudar rápidamente sus operaciones normales tras un ataque. Además, el plan debe ser evaluado y actualizado regularmente para asegurar su eficacia en casos de incidentes reales.
Estrategias para reforzar la ciberresiliencia
Implementar medidas sólidas de ciberseguridad implica seleccionar tecnologías avanzadas como la inteligencia de amenazas.
Este proceso que identifica y analiza las ciberamenazas, es el encargado de revisar los datos, examinarlo en contexto para detectar problemas e implementar soluciones específicas para el problema en cuestión. Además, la evaluación periódica de riesgos facilita la identificación y mitigación proactiva de posibles amenazas.
Es fundamental promover una cultura de concienciación en seguridad. La formación en ciberseguridad es esencial, dado que el componente humano suele ser el eslabón más vulnerable en la seguridad. Por último, establecer protocolos de respuesta a incidentes garantiza que la empresa esté preparada para afrontar cualquier adversidad de manera adecuada.
La importancia de la ciberresiliencia no puede ser subestimada. En un panorama digital donde las amenazas evolucionan rápidamente, desarrollar y mantener la resiliencia debe ser una tarea continua y prioritaria para toda organización que valore su seguridad y sustentabilidad. Es momento de actuar y blindar el futuro digital con inteligencia y preparación.